viernes, 3 de mayo de 2013

Una monografía sobre la Violencia Intrafamiliar


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Por: Dr. Víctor Hugo Perla

INTRODUCIÓN

La violencia intrafamiliar o maltrato domestico es un problema que afecta Cotidianamente a un importante sector de la población y que incluye a todas las áreas de la misma y constituye una de las causas más importantes de morbilidad y mortalidad. Es un problema social y por lo tanto es considerado como un problema de salud pública. Este problema debe ser enfocado de la mejor manera si queremos darle una acertada solución.

EL HOGAR CRISTIANO, debe ser un lugar donde la familia respeta y practica las normas y principios enseñados en la Biblia. Los padres y las madres han recibido de nuestro Señor Jesucristo el mandato de instruir a sus hijos en el temor de Dios, a fin de convertirlos en hombres y mujeres útiles, honrados y leales, y de prepararlos para la vida eterna.

Como sociedad no podemos ver con indiferencia y desdén irresponsable los casos de violencia intrafamiliar que ocurren tanto dentro como fuera de los hogares cristianos.

Estos casos no son simplemente cifras de hechos, de "sucesos sociales" se tratan de seres humanos como nosotros, que han llegado a situaciones tormentosas y desesperantes de vida y muerte, estos actos son claros indicadores y evidencias del tipo de sociedad en que vivimos y legitimamos, por supuesto, no tratamos de eximir los grados de responsabilidad, circunstancial o patológica, que haya en la mayor parte de los casos, la cuestión es hasta donde esa "culpabilidad" es también provocada por las condiciones de vida.

En mi afán por ayudar a construir un mundo pleno, fresco y exento de traumas de índole social, hemos planteado el tema de violencia intrafamiliar y la pregunta que nos planteamos para desarrollarlo es ¿hasta dónde la sociedad puede y debe dedicar esfuerzos y recursos prioritarios, de toda índole y nivel, para impedir, sus causas e impedir así estas lamentables tragedias?

Nunca en la historia del mundo se ha necesitado información adecuada tan urgentemente como se necesita ahora. Nunca han anhelado tanto los padres y los hijos la respuesta correcta a los problemas que los preocupan. Nunca han estado los hogares en tanto peligro como ahora.

Cada uno de nosotros sabe que las condiciones reinantes en la sociedad no son sino un reflejo de las condiciones que imperan en los hogares de la nación. Sabemos igualmente que cualquier cambio que se realice en el hogar se reflejará en una sociedad cambiada. Para ayudar a este fin, se ha preparado esta monografía.

Problema

La violencia en la familia se da principalmente porque no se tienen respeto los integrantes de esta, por el machismo y por muchos otros factores pero fundamentalmente por la falta de amor cristiano en la vida de las personas y noten que dije por la falta de amor cristiano y no por la falta de cristianismo.

Se puede presentar en cualquier familia, de cualquier clase social, una forma de prevenirla, es alentando a toda la comunidad a que hay que tenerse respeto, que todos somos iguales y que a pesar de todos nuestros problemas, nuestra familia es la única que siempre nos apoyará y ayudará en todo, por eso hay que respetarla y protegerla y en esto debemos participar todos los integrantes, aunque seamos los menores de esta, todos somos elementos importantes, y si sufrimos de violencia, hay mucha gente que nos ayudará a pasar el mal rato y salir de este problema. La violencia familiar se puede manifestar tanto en el plano físico como en el plano psicológico y en el espiritual y las consecuencias derivadas de ellas también se manifiestan en las tres áreas mencionadas. La violencia intrafamiliar es un gran problema que merece ser estudiado a profundidad y continuamente ya que es un peligro en la sociedad moderna y nunca olvidemos que la familia es la base de la sociedad y donde la mayoría de los individuos estructuran la personalidad básica. Los individuos violentos son producidos por familias violentas, por lo tanto si queremos individuos equilibrados debemos enfocarnos en mejorar las estructuras familiares en donde los individuos se desarrollan.


MARCO TEORICO

El término violencia ha sido parte de las diferentes sociedades, familias e individuos desde el principio de la historia de la humanidad hasta nuestros días. Los mitos griegos, romanos, aztecas, los estilos de recreación utilizados por estas sociedades, estuvieron llenos de agresión, suicidio, asesinatos. La lucha de poder con aprobación familiar ha convertido a sus miembros en agresores y/o agredidos. En la cotidianidad manifestamos conductas tales como: leer cartas o documentos personales de amigos, familiares, hijos; no responder al saludo, gritar a otros, ridiculizarlos, humillarlos, descuidarlos en su atención, y estas y otras situaciones muestran cómo violamos los espacios individuales, la intimidad, la privacidad de otros utilizando formas violentas. Los diferentes grados, niveles y concepciones de la violencia están en correspondencia con los valores, normas y creencias de cada país, época y clase social. La familia como célula fundamental de la sociedad no está exenta de la práctica de violencia y la violencia intrafamiliar es considerada como una forma de violencia social en tanto es una expresión de las relaciones sociales que acontecen a nivel particular.

Consideramos la violencia intrafamiliar como toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno o varios de sus miembros que de forma permanente ocasione daño físico, psicológico o sexual a otros de sus miembros, que menoscabe su integridad y cause un serio daño a su personalidad y/o a la estabilidad familiar.

En las familias se han reconocido diversas formas de vivir la violencia. La violencia física es considerada como toda lesión física o corporal que deja huellas o marcas visibles; ésta incluye golpes, bofetadas, empujones, entre otras. La violencia psicológica se refiere al hostigamiento verbal entre los miembros de la familia a través de insultos, críticas permanentes, descréditos, humillaciones, silencios, entre otras; es la capacidad de destrucción con el gesto, la palabra y el acto. Esta no deja huellas visibles inmediatas, pero sus implicaciones son más trascendentes. Se considera violencia sexual a la imposición de actos de orden sexual por parte de un miembro contra la voluntad de otro. Este tipo de violencia incluye la violación marital. En la literatura se expresan otras formas de violencia como el abandono y la negligencia en los cuidados, dado por la falta de protección y cuidados físicos de los miembros de la familia que lo requieran, la falta de respuesta a las necesidades de contacto afectivo y estimulación cognitiva, falta de atención, descuido en la alimentación y vestuario necesario. Todas estas formas de violencia pueden ser ejercidas por cualquier miembro de la familia independientemente de su edad, raza o sexo, pudiendo ser a la vez agente o víctima de la violencia. Según la literatura los grupos más vulnerables son los niños, mujeres, ancianos y discapacitados.

Se ha constatado que en Chile 1 de cada 4 familias vive violencia física, y 1 de cada 3, violencia psicológica. Asimismo los investigadores han constatado que existen 1,100 niños que se encuentran en abandono total. Según datos de UNICEF se estima que en América Latina al menos 6 millones de niños son objeto de maltratos. En Puerto Rico entre los años 1977 y 1978 más del 50 % de las mujeres que murieron asesinadas fueron víctimas de sus maridos. En Brasil en 1980 murieron de esta forma 722 mujeres; estudios realizados en Méjico constataron que el 61 % de las mujeres dueñas de casa eran golpeadas y en Francia los investigadores observaron que el 95 % de las víctimas presentadas eran mujeres. (Módulo de Sensibilización en Violencia Intrafamiliar. Documento de Trabajo # 33. SERNAM. Stgo. de Chile 1995). En Cuba son escasas las cifras acerca de la incidencia de la violencia al interior de la familia, no hay muchas investigaciones respecto al tema y otras apenas comienzan. En estudios realizados por un grupo de investigadores de Medicina Legal en algunos países se apreció, que las muertes violentas superan el 10 % de las muertes anuales, y éstas se producen en el domicilio como lugar frecuente de ejecución del delito. (Violencia doméstica. Que nadie se entere. Revista Bohemia 1992 Nov 26: 8-12). Lo antes expuesto nos hace reflexionar acerca de que vencer esta herencia de violencia legada por el pasado, o fomentada en la actualidad, no es alcanzable a corto tiempo, pero no por ello irrealizable. No por negarla o no reconocerla dejará de existir. No se trata de aprender a vivir con la violencia, sino a percibirla como un fenómeno controlable y transformable que trasciende las ciencias, para poder ser abordada por diferentes actores sociales de la sociedad. Las generaciones futuras tienen derecho a crear un mundo de paz, sin violencia lo que puede ser traducido en salud, bienestar y calidad de vida. Contribuir al conocimiento del tema, investigar esta problemática, conocer los tipos en que se presenta la violencia, identificar los sujetos que la viven y la sufren, permite no sólo aproximarnos a su comprensión, sino también a reconocer su existencia, contribuir al conocimiento del tema y a la formulación de estrategias de intervención encaminadas a la promoción y prevención de la salud (Alega, Bernal y Ortiz Gómez).

Para comprender mejor el fenómeno de la violencia intrafamiliar, a continuación, se aborda con mayor profundidad el problema y se definen algunas de las ideas más importantes relativas al tema.

La violencia dentro del ambiente familiar no es un fenómeno reciente; pero es hasta principios de la década de los setenta, cuando se empieza a formarse un cuerpo teórico específico y a tratar de entenderlo como un producto multicausal, apoyado en valores, creencias y mitos fuertemente arraigados en la sociedad (Sanz Diana, Violencia y abuso en la familia, 1999).

La violencia siempre es una representación del abuso del poder ya sea en el orden psicológico, social o económico, donde hay uno arriba y otro abajo. El empleo entonces de la fuerza es una manera de querer resolver los problemas interpersonales, donde se pretende doblegar la voluntad del otro, de anularlo precisamente en su calidad de otro. La violencia es la búsqueda de romper los obstáculos que se oponen al ejercicio del poder mediante el uso de la fuerza (Corsi Jorge, Violencia Familiar, 1995).

Existen algunos autores que opinan que la diferencia biológica entre los sexos se ha asociado a la creencia en que somos desiguales por naturaleza, es decir, que el hombre es superior a la mujer por lo tanto tiene y debe tener mayor poder. Entonces podríamos decir que esta desigualdad sexual natural da origen a una desigualdad jerárquica, esto implica que la transformación ideológica de las diferencias ha naturalizado la desigualdad entre hombre y mujer. Esta concepciones van modelando los roles del hombre y de la mujer dentro del circulo familiar, lo cual influye en el pensamiento y conducta de los hijos, los que tienden en el futuro a repetir el fenómeno; de esta manera se establecen mitos que impactan la relaciones interpersonales dentro del circulo familiar (“Plan Nacional para la prevención de la Violencia intrafamiliar y Sexual).

En una tabla presentada por el Dr. Jay E. Adams (1984), menciona que la violencia verbal y física es un signo que se manifiesta en ocho de los diez problemas más comunes que se dan en las familias. Esto nos indica que la violencia familiar es una manifestación errónea en la conducta del individuo que no sabe o se le dificulta el manejo de sus emociones cuando tiene dificultades. La violencia familiar entonces es una manifestación de causas mas profundas que tienen que ver con la formación del individuo por lo tanto con el ambiente familiar y la cultura en la a cual se han criado.

La mayoría de los adultos cuando sienten ira o están frustrados manifiestan su descontento con conductas agresiva o violentas y muchas de estas conductas se han establecido como patrones de reacción ante las situaciones tensas que nos presenta la vida (Narramore, 1990). Esto refuerza la idea de que la violencia es decir la reacción agresiva en gran medida es aprendida. Podemos aprender a reaccionar violentamente o pacíficamente y aquí juega un papel importante el ejemplo de nuestros adultos en el seno familiar. El aprendizaje empieza prácticamente desde que nacemos y en los primeros cinco años se forman muchos patrones de conducta que dirigirán el resto de nuestras vidas y cambiarlos a veces es muy difícil y otras veces se necesita un milagro y en estos casos es en donde cobra valor el impacto del cristianismo en la vida de los individuos y de las familias ya que por medio de el impacto transformador y sobrenatural del Espíritu Santo, muchos hombres y familias violentas se transforman en individuos y familias con reacciones pacificas: “cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Biblia, RVA, Mateo 5:39).

Como dijo la primera dama de la republica de El Salvador, la señora Elizabeth de Calderón Sol en el Foro de convivencia y seguridad ciudadana: “creemos que el problema de la violencia domestica es sumamente complejo, y por lo tanto las acciones que tienen el propósito de solucionarla deben ser múltiples e integrales”. Solucionar problemas humanos no es sencillo ya que el humano por su naturaleza propia es muy complejo, en este orden de ideas al momento de realizar un abordaje pastoral sobre la problemática en cuestión, debemos tomar en cuenta la variedad de causas que la ocasionan, para que al momento de pretender solucionarla o reducirla lo hagamos con propiedad y con mucho sentido común.

En las palabras expresadas por la señora de Calderón Sol, mencionaba ella las características más comunes involucradas en la violencia domestica las cuales podríamos resumir de la siguiente manera:

*  En todos los casos, el agresor es conocido por la victima, siendo en la mayoría de ellos sus propios maridos.
* El agresor o agresores al momento del hecho no estaban bajo el efecto de droga alguna.
*  La mayoría de los agresores son jóvenes y con empleo estable.
* La mitad de los hogares afectados por la violencia domestica son sostenidos por la victima.
*  La pobreza no es condición generalizada en los casos de violencia intrafamiliar.

De seguro existen otras características involucradas, pero las mencionadas son de gran valor y merecen ser tomadas en cuenta al realizar un estudio o análisis sobre un tema tan crítico y complejo como el de la violencia intrafamiliar. Las características antes mencionadas adquieren matices diferentes de acuerdo a la cultura, contexto social y religioso en el cual esté inmerso el hogar que la padece.

Otro punto que vale la pena señalar de los mencionados por la señora de Calderón Sol, es el que tiene que ver con la prevención, es decir como reza el dicho popular, “es mejor prevenir que lamentar”, en este punto, la primera dama señalaba lo siguiente:

El trabajo de estas jornadas preventivas que desarrollamos, ha sido encaminado a destacar fundamentalmente los valores morales, los derechos y deberes del grupo familiar, la comunicación en la familia, la paternidad y maternidad con responsabilidad, la sexualidad humana y su impacto en la sociedad, así como todos aquellos temas que las diferentes comunidades han estimado pertinentes de acuerdo con sus necesidades educativas pero siempre destacando el enfoque de la prevención y la óptica de igualdad entre los géneros.(Palabras de la primera dama de El Salvador: Calderón, Elizabeth de).

Realmente lo importante de hacer un estudio es buscar soluciones al problema planteado y dentro de las soluciones que se deben buscar es prioritario a tomar en cuenta el asunto de la prevención ya que esto evitaría el tener que lamentar situaciones irremediables como lo es el de las muertes o situaciones difíciles de resolver como el de traumas profundos o rupturas del vinculo familiar con tristes consecuencias para todos los miembros de la familia. El tema de la prevención tiene mucho que ver con el área axiológica ya que los valores y principios internalizados por el individuo en el desarrollo madurativo de su vida son como brújulas internas que guían el rumbo de su vida. Este aspecto axiológico, dan relevancia al papel educativo de la familia especialmente en el rol que juegan los padres ya que estos son los encargados de formar a sus hijos en especial en las edades tempranas que es precisamente en donde se establece la personalidad básica. Cuando hablamos de valores no debemos olvidar el tema religioso ya que la religión es fuente de valores para el individuo en un mundo que padece de crisis de valores. Una religión “saludable” equilibrada y no fanática es un gran refugio y salvaguarda de los problemas sociales que aquejan a la sociedad moderna. Por otro lado esta el punto mas importante para iniciar un proceso de solución al problemas humano, que arranco con el asunto del pecado en un tiempo no cuantificable por el hombre y este aspecto es lo sobrenatural es decir la ayuda que recibe el hombre enfermo y pecador cuando lleno de fe clama a Dios en busca de ayuda. Dios es un factor significativo en la solución de los problemas humanos y el hombre que sirve a Dios debe abordar siempre los problemas y sus soluciones desde una perspectiva espiritual es decir debe realizar un abordaje pastoral, porque no hay formula mas poderosa para ayudar al ser humano que la combinación del poder divino a través del poder humano, es decir Dios utiliza al hombre para ayudar al hombre para que esto sirva de ejemplo y motivación de que en la unión esta la fuerza. Es importante la unión de Dios con el hombre, de la que se deriva la unión del hombre con su semejante.

En la medida en que la familia viva en paz, el ambiente será más propicio para el desarrollo de hijos que puedan ser fortalecidos física, mental y espiritualmente para que puedan servir de una manera saludable a la sociedad, al trabajo y a la iglesia. Por eso es importante que tomemos las medidas necesarias para procurar el establecimiento de familias armónicas para que la producción de sus frutos sean positivos. En esta lógica de ideas es que es fundamental el prevenir y combatir todo aquello que atente contra la estabilidad familiar que a lo largo es un atentado contra el orden social y espiritual, por eso es que debemos combatir la violencia intrafamiliar que tanto daño ha causado a las familias a través de la historia.

El análisis de la situación de la violencia doméstica aclara la complejidad del problema y muestra que su solución requiere de políticas y acciones coordinadas e intrasectoriales, con la participación tanto del Estado, como de la sociedad civil El análisis de la situación de la violencia doméstica aclara la complejidad del problema y muestra que su solución requiere de políticas y acciones coordinadas e intrasectoriales, con la participación tanto del Estado, como de la sociedad civil y del sector eclesiástico.

Uno de los factores importantes a ser tomados en cuenta en un análisis sobre la violencia intrafamiliar es el de las concepciones que en nuestras sociedades latinas se tienen sobre los roles que juegan los pertenecientes al sexo masculino por un lado y los pertenecientes al sexo femenino por el otro.
La violencia doméstica contra las mujeres constituye un grave problema social consecuencia de la dominación ancestral que el hombre ejerce sobre la presenta profundas raíces sociales y culturales. Es un problema, por tanto, que se debe enmarcar dentro de la definición de violencia contra las mujeres, y que tiene que ver con el papel de sumisión al que la mujer ha sido durante siglos mujer, y que relegada.
Cabe plantear una reflexión respecto a cómo en la prensa, la radio, el cine, la publicidad o la televisión, y en general en toda la industria de la cultura, se detecta un constante goteo de imágenes y expresiones que alimentan precisamente ese patrón que muestra una visión deformada de la mujer como víctima, objeto, sexo débil y figura dominada y vicaria (Dossier de prensa, 2002).

“En las últimas dos décadas, los Estados de América Latina y a nivel mundial, se han visto requeridos a formular e implementar garantías institucionales y jurídicas dirigidas a erradicar la violencia contra las mujeres, particularmente en materia de violencia familiar” (Espiniza Loli, 2001). Esto nos indica que tanto cuantitativamente como cualitativamente hablando, la violencia domestica se ha convertido en un grave azote social con consecuencias muy negativas. No debemos olvidar que la familia es la base de la sociedad. Decimos que es la base, porque sencillamente es en el seno familiar en donde se establecen las bases individuales y colectivas para el funcionamiento equilibrado o maduro de los individuos. La familia es la primera escuela de formación, crecimiento y desarrollo. La responsabilidad de la familia es grande y delicada y uno de los factores que la ha afectado históricamente y que la sigue afectado es la violencia. Un desafió para los hombres de bien o de buena voluntad es la lucha sin tregua contra el flagelo de la violencia domestica ya que esta atenta contra el presente y el futuro de la sociedad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en estudios sociométricos rigurosos, la violencia familiar trastorna y daña la vida de un alto porcentaje de seres humanos de este planeta. Según la OMS, entre un 40 un y un 70 por ciento de los asesinatos de mujeres es del tipo de violencia intrafamiliar. También afirma esta organización que las mujeres torturadas por sus parejas tienen una media de aguantar la convivencia entre cinco y siete anos y que cuando deciden separarse en muchas ocasiones terminan asesinadas (Comité de ética de la violencia). Estos datos nos siguen confirmando que el problema de la violencia familiar es muy grave. Lo que sucede es que en nuestras sociedades la violencia familiar ha formado durante muchísimos anos parte de la historia de nuestros pueblos y por lo tanto no se le ha dimensionado como corresponde. Hay mucha violencia familiar que no sale a luz, por diversos factores entre los cuales podemos mencionar el miedo de las mujeres a enfrentar a los maridos y muchas situaciones la concepción femenina de que sus demandas no serán aceptadas o estudiadas debidamente en países en donde las leyes están en manos de los hombres. Por supuesto que esta situación ha ido cambiando debido a las grandes y batallas que las mujeres han tenido que librar para asegurarse una mayor seguridad en la convivencia familiar.

Hay iniciativas que expresan conciencia de que para promover una vida sin violencia, donde se disfrute plenamente de los derechos humanos y una cultura de la paz, se requiere de un esfuerzo permanente de todos los sectores del Estado y de la sociedad civil.
Esfuerzo que debe ir dirigido al fortalecimiento de la familia como núcleo principal del tejido social, donde se garantice que todos sus miembros: la mujer, el hombre, los niños y las niñas, desarrollen de manera armónica modos de vida saludables, que les permitan formas de resolver los conflictos y diferencias que acompañan a toda la sociedad humana, sin generar violencia (Mirabal Fernández).

Realmente el esfuerzo para lograr una sociedad mejor, una sociedad que aprenda a resolver sus problemas dentro de un marco “civilizado” donde la comunicación juegue un papel importante, donde la agresión física o verbal se reduzca ostensiblemente, donde las noticias sobre muertes por violencia domesticas sean menos frecuentes, requiere un magno esfuerzo, que debe ser realizado no solo por los miembros de ciertas familias, sino por todos los miembros de la sociedad, que a la larga es altamente beneficiada. Por supuesto que esperar que todos tomen conciencia de la situación de violencia domestica que padecen nuestros pueblos y que se pronuncien para evitarla o reducirla es una utopía a corto plazo, y que se resuelva totalmente es una utopía mayor, ya que vivimos en un mundo lleno de pecado y mientras el pecado exista seguirán los problemas humanos. Pero lo cierto que como humanos y más como cristianos (la religión del amor), nos vemos desafiados y obligados para poner nuestra parte para posibilitar que el mundo donde viven nuestros prójimos sea un mundo mejor. Nadie puede decir que ama a Dios si no ama al prójimo, por lo tanto debemos luchar para que el amor, la fe y el conocimiento de las cosas de Dios (Biblia) y el de las cosas de los hombres (Ciencia), puedan trabajar juntos para una vida mejor de la humanidad, mientras nosotros los cristianos esperamos la segunda venida de nuestro señor Jesucristo el que limpiara este mundo de todo mal posible.

En los últimos años se han realizado grandes esfuerzos por diferentes factores para que se reconozca que la violencia intrafamiliar es una violación a los derechos humanos (Plan nacional para la prevención de la violencia intrafamiliar y sexual). El buscar mejorar el nivel de vida o la forma de vivir en un mundo cambiante y turbulento implica esfuerzo y lucha y hay que estar muy convencido de lo que se quiere para emprender grandes batallas en pro de la humanidad.

Realmente se requiere un gran esfuerzo para combatir la violencia domestica y para esto se necesita la colaboración de todas las fuerzas sociales civiles y religiosas para obtener beneficios positivos y relevantes (Plan nacional para la prevención de la violencia intrafamiliar y sexual).

Es importante destacar que la violencia hacia la mujer no se restringe a un grupo socioeconómico especifico o a una raza, la mujer por su misma condición está más expuesta a las situaciones de violencia doméstica. El hecho que exista más violencia en determinado grupo: educados versus no educados, ricos versus pobres etc., no quiere decir que no aparezca en el otro. La violencia domestica se da en todas las áreas de nuestra sociedad por eso es importante reducirla (lo ideal seria erradicarla), para evitar que siga causando danos a nuestras familias.

Las encuestas confirman la sucesión generacional del fenómeno, vinculado al proceso de socialización, particularmente del varón, a través de una conducta observada de la relación entre sus progenitores; agresión del padre a la madre, o por la experiencia propia vivida; agresión del padre al hijo o hija (Plan nacional para la prevención de la violencia intrafamiliar y sexual).

En el párrafo anterior se enfoca un punto clave para entender y para solucionar el problema de la violencia domestica o intrafamiliar, el punto en cuestión es el que tiene que ver con la enseñanza y a la vez aprendizaje generacional. Dicho de otro modo, la violencia domestica se hereda no genéticamente, pero si socialmente hablando. Es decir el aprendizaje social que los hijos reciben de sus padres ya sea por ejemplo teórico (observando) o practico (experimentándolo) es el causante principal para que la violencia pase de generación a generación en las diferentes cadenas familiares que se establecen. Esto confirma que el hombre es producto de la cultura o de la sociedad en la cual se desarrolla. De esto entendemos entonces que es importante atacar de raíz el problema, por lo tanto el trabajo debe enfocarse en procurar con todos los recursos posibles y necesarios el proveer a las familias todas las herramientas necesarias, para que se desenvuelvan dentro de un ambiente de relativa paz y armonía, para que esto impacte en las generaciones futuras y los consecuentes frutos de ellas. Este razonamiento no excluye como fuente original de los problemas humanos el fenómeno del pecado que produjo una falla de transmisión genética que trastornó de manera fundamental el funcionamiento integral del ser humano; por esta misma razón no podemos excluir como elemento principal en la solución de los problemas de la humanidad, en este caso el de la violencia domestica, el aspecto espiritual es decir la intervención divina en la solución de los problemas de la humanidad. No hay formula mas poderosa para solucionar los problemas del hombre que el “poder de Dios actuando por medio del poder del hombre”.

La violencia en general se puede considerar como el resultado de una serie de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales, que configuran en el individuo un proceso cognitivo soporte de una acción violenta. Aunque la violencia ha existido en todas las sociedades, todo el tiempo, existen factores particulares y contemporáneos que son específicos de un colectivo (Líneas de Investigación en Violencia).

Realmente la sociología ha hecho grandes aporte sobre el impacto que la cultura tiene en la vida de los seres humanos y la de sus familias, pero no debemos olvidar que el ser humano no solamente tiene características colectivas(sociales), sino también, características mentales particulares (psicológicas) y características espirituales (teológicas), por lo tanto para enfrentar los problemas humanos hay que analizar todos los factores de causa y consecuencia, pertenecientes a las tres áreas antes mencionadas.

Hay iniciativas que expresan conciencia de que para promover una vida sin violencia, donde se disfrute plenamente de los derechos humanos y una cultura de la paz, se requiere de un esfuerzo permanente de todos los sectores del Estado y de la sociedad civil. Esfuerzo que debe ir dirigido al fortalecimiento de la familia como núcleo principal del tejido social, donde se garantice que todos sus miembros: la mujer, el hombre, los niños y las niñas, desarrollen de manera armónica modos de vida saludables, que les permitan formas de resolver los conflictos y diferencias que acompañan a toda la sociedad humana, sin generar violencia (Mirabal Fernández).

Propósito

El propósito primordial del presente trabajo, no es la presentación del problema de la violencia domestica ya que ese es un problema muy evidente y creciente en nuestras sociedades latinoamericanas. El propósito del presente trabajo es realizar un abordaje pastoral es decir desde la psicología pastoral, tendiente a la solución o mejor dicho a la reducción de los problemas de violencia que aquejan a las familias en general y a las familias que conforman nuestras feligresías en particular. Lo importante de este abordaje es que, no es común su correcta aplicación; explicando esto: son muchos los agentes de la pastoral que realizan un abordaje pastoral de los problemas, pero por desconocimiento de la psicología y de otras ciencias interrelacionadas con aquella, terminan haciendo daño cuando el propósito era hacer el bien. Por otro lado la mayoría que lidian con los problemas de la violencia domestica y que no son pastores o sacerdotes, descuidan los aportes del cristianismo, ya que quieren resolverlos solamente con el esfuerzo y conocimiento humano. En cambio la psicología pastoral cuando aborda problemas para solucionarlos, incluye como factor significativo la ayuda sobrenatural proveniente de un Dios todo poderoso. Consideramos que el abordaje pastoral de los problemas humanos debidamente aplicado, es mas completo que otros tipos de estrategias, por lo tanto es más efectivo. La psicología pastoral combina tanto los aportes científicos, como el aporte del cristianismo fundamentado en la fe.

Nuestro abordaje pastoral de la violencia domestica tiene como propósito en esta monografía el enfocar las soluciones en base a principios de tipo general que pueden ser aplicados con grandes beneficios a los diferentes tipos de problemas de violencia que afectan a las diferentes familias. Abordaremos un caso particular para ilustrar de manera concreta el abordaje pastoral. De este caso concreto podemos obtener principios de orientación y tratamiento pastoral. Quedaría en el agente de la pastoral el escoger qué principios se acomodan al caso particular que le toque abordar y la manera en que lo aplicaría.

Justificación

La gran importancia que tiene la familia para el sano desarrollo de la sociedad, creo que justifica el tratamiento de la temática propuesta en la presente monografía. Todo esfuerzo que lleve al conocimiento de las causas que puedan afectar o estar afectando a nuestras familias vale la pena, ya que todo aporte para evitar o curar adecuadamente las heridas causadas a la integridad familiar tiene un alto grado de positivismo porque, si las familias mejoran su relación interna, basada en la relación de pareja, todos los demás entes sociales incluyendo la iglesia, mejoraran.

Delimitación del problema

No vamos a tocar todos los casos referentes a la violencia domestica, sino vamos a realizar el abordaje pastoral sobre un área de la violencia domestica y es el concerniente a la violencia contra la mujer el cual lo ilustraremos con un caso real que me toco tratar. Esperamos que los principios y estrategias que presentaremos en esta situación puedan ser aplicados por los agentes de la pastoral en los diferentes casos que les toque afrontar.

Limitación

Consideramos que no hemos tenido ninguna limitación para el desarrollo de la temática que hemos abordado en esta monografía. Creo que la única limitación sería el hecho de haber tratado un caso sin haber recibido el entrenamiento en Psicología pastoral sino, que lo hicimos aplicando nuestros conocimientos adquiridos en la carrera de Psicología y nuestros conocimientos brindados por el contexto teológico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para la cual trabajo. Pero a pesar de esto, creo que el esfuerzo que hicimos valió la pena.

Definición de conceptos.

1. Violencia: La violencia la vamos a definir como cualquier relación, proceso o condición por la cual un individuo o grupo social viola la integridad física, psicológica o social de otra persona. Es considerada como el ejercicio de una fuerza indebida de un sujeto sobre otro, siempre que sea experimentada como negativa.

2. Familia: Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas.

3. Violencia Intrafamiliar: Consideramos la violencia intrafamiliar como toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno o varios de sus miembros que de forma permanente ocasione daño físico, psicológico o sexual a otros de sus miembros, que menoscabe su integridad y cause un serio daño a su personalidad y/o a la estabilidad familiar.

4. Violencia de género: con este término entenderemos todas aquellas situaciones de violencia que de manera particular o desproporcionada, afectan a las personas por el hecho de ser mujeres o varones.

5. Violencia contra la mujer: “Por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o que pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico contra la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida publica como en la vida privada” (ONU:Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la mujer).

6. Violencia física: Ocurre cuando una persona que está en una relación de poder con respecto a otra, le infringe daño no accidental, por medio del uso de la fuerza física o mediante el uso de algún tipo de arma que puede provocar o no lesiones externas, internas o ambas, o lesiones en la autoestima. El castigo repetido no severo también se considera violencia física.

7. Violencia psicológica: Es toda acción y omisión que dañe la autoestima, la identidad o el desarrollo de la persona. Incluyendo los insultos constantes, la humillación, el no reconocer aciertos, el chantaje, la degradación, el ridiculizar, el rechazar, manipular, amenazar, entre otros.

8. Relación entre violencia de genero y violencia contra la mujer: El concepto de violencia de genero está muy asociado al concepto de violencia contra la mujer debido a que las mujeres históricamente han sufrido terribles situaciones de violencia, soportadas por la sociedad debido a las desiguales relaciones de poder entre hombres y mujeres a través de la historia.

Abordaje Pastoral.

* Conociendo las consecuencias del problema: como agentes de la pastoral debemos estar conscientes de que la violencia intrafamiliar tiene secuelas negativas para los individuos involucrados que les impide llevar una vida plena en las diferentes funciones que le toque desempeñar en su vida. Es decir que una persona que padece de violencia domestica, aunque lleve una vida religiosa esta no le esta sirviendo de mucho para alcanzar la verdadera paz que debe reinar en todas las familias cristianas. Inclusive este problema en una familia cristiana nos lleva a realizarnos varias preguntas: ¿qué impacto ha tenido el cristianismo en mi vida y en la de mi familia?, ¿el cristianismo es par mi y para mi familia un mero formalismo religioso o hemos permitido que el Espíritu Santo toque de manera sobrenatural nuestras vidas? Debemos estar claros que si el cristianismo no me posibilita una vida mejor en este mundo, en un marco de verdadera paz como Cristo lo predicó y prometió, tendríamos que concluir que el cristianismo no funciona, o que funciona pero se vivencia de manera equivocada. No olvidemos que la violencia intrafamiliar es uno de los elementos generadores de mayor inestabilidad física, emocional y espiritual, en todas las etapas de la vida pero en especial en la fase de la adolescencia, afectando de esta manera el desarrollo humano e incidiendo en una baja autoestima en todos aquellos que la padecen. Nosotros como ya mencionamos antes, abordaremos el área de la violencia contra la mujer, que es el tipo de violencia intrafamiliar más común en las sociedades latinoamericanas incluyendo un alto índice dentro de las familias cristianas católicas o protestantes. La violencia niega a las mujeres, la posibilidad de su desarrollo personal, limitando sus potencialidades, coartando sus libertades y llevándolas al aislamiento, en vez de facilitar su integración a la sociedad. Esta situación les dificulta la búsqueda de opciones de vida y disfrute de sus derechos humanos fundamentales. Siguiendo este orden de ideas, la iglesia en general y sus líderes eclesiásticos en particular (agentes de la pastoral) deben preocuparse como se preocupó el maestro de galilea de que el rebaño del señor esté bien cuidado. Una vez tomando conciencia del problema tanto en su frecuencia como en su gravedad continuaremos entonces con el abordaje del mismo. Recapitulando diremos entonces que el primer paso del abordaje pastoral de la violencia contra la mujer sería, tomar conciencia de la situación, esto nos llevará a los agentes de la pastoral a reaccionar para evitarla o para reducirla.

* Principios rectores del abordaje pastoral
A. Principios generales
1. Proteger los derechos humanos de las mujeres victimas de violencia domestica.
Como agentes de la pastoral tenemos la obligación moral y un deber para con nuestro maestro Jesucristo de velar por el bienestar de la feligresía y de las familias que están bajo nuestro cuidado y en esto estamos hablando de un bienestar integral dentro del cual se incluye el que se respete a las mujeres como seres humanos que son creados al igual que el hombre a la semejanza de Dios. Cuando se maltrata a la mujer se están violando sus derechos humanos y provocándose múltiples consecuencias negativas que entrelazan las esferas físicas, psicológicas y espirituales. Cuando a un ser humano se le hace sufrir, se le humilla, se le maltrata etc., se le limita el desarrollo armónico que le capacitaría para una vida plena y feliz. Cuántas mujeres se aferran a las religiones, de una manera fanática, pretendiendo que cantando en la iglesia, que orando mucho, o que dándose golpes en el pecho en una manifestación religiosa de tipo emocional y neurótica va a solucionar su problema. Esto no es así, por eso hay muchos cristianos que pertenecen a esta hermosa religión del amor y la paz pero viven infelices porque pareciera que la religión no penetra su interior psíquico donde viven en turbulencia. Por eso es importante que el pastor este al pendiente, como lo esta el pastor de las ovejas, de que no se acerquen lobos, de que la violencia en este caso no ataque a las mujeres, quienes son protagonistas del desarrollo armónico de la familia. Recapitulando, el pastor debe estar al pendiente de que no se violen los derechos humanos de las mujeres de su feligresía. Es decir el agente de la pastoral no debe ser descuidado, porque si se descuida y no enfrenta el conflicto de violencia que sufren las mujeres de su iglesia entonces se convertiría en cómplice y creo que muchos son negligentes y por lo tanto cómplices. No olvidemos que nuestro señor Jesús dedicó su vida al cuidado de la humanidad, siempre estuvo pendiente de ayudar a los que lo buscaban y que eran muchos.

2. La violencia contra la mujer, es un fenómeno multicausal, expresión de una cultura patriarcal y autoritaria, aprendida y transmitida generacionalmente.

El agente de la pastoral debe estar consciente que la violencia contra la mujer tiene una variedad de causas y que durante mucho tiempo ha sido permitida y en gran medida estimulada por una cultura machista, que de generación en generación, dio forma a las mentes de muchos hombre y mujeres que consideraban que el maltrato del hombre hacia la mujer era algo normal y esperado y muchos hombres lo consideraban como un derecho. Estamos hablando entonces de un aprendizaje social. No olvidemos que el hombre es producto de la cultura en la cual se ha criado. Por lo tanto para corregir este fenómeno es necesario un desaprendizaje social, es decir que hombres y mujeres en teoría y practica no permitan ni estimulen la violencia contra las mujeres. Junto al desaprendizaje debe haber una nueva enseñanza que permita un nuevo aprendizaje en el cual se establezcan elementos para vivir en paz en las familias permitiendo que hombres y mujeres convivan armónicamente y que si surgen conflictos, puedan estos resolverse en una atmósfera pacifica, respetando cada quien los derechos del otro. En este punto considero que tiene un margen de actuación el agente de la pastoral ya sea a nivel de prevención o a nivel de tratamiento. El pastor debe enseñar con precepto y ejemplo en la comunidad eclesiástica en la cual se desempeñe, los principios que permitan a hombres y mujeres tratarse con respeto. Si el pastor logra esto, estas nuevas ideas darán sus frutos en las siguientes generaciones y así sucesivamente hasta crear en nuestras comunidades eclesiásticas una cultura de la paz y respeto en este caso a las mujeres. Para esto el agente de la pastoral debe hacer en el nivel de prevención actividades como las siguientes:

* Charlas sobre el respeto, de la vida en pareja, sobre los valores (igualdad, libertad, fraternidad), sobre la importancia del ejemplo de los padres a hijos.

*  Como parte de la labor preventiva, el pastor o el agente de la pastoral debería visitar las familias para conversar con ellos sobre la importancia que la familia tiene sobre los hijos y que si les enseñamos con palabra y acción a vivir en paz y respeto, ellos lo lograran. Las charlas en el hogar son importantes porque las parejas dicen cosas que en público se cohíben, por otro lado estas visitas le sirven al pastor para saber cómo se encuentran las familias de su iglesia y detectar a tiempo alguna anomalía que de otra manera sería difícil.

* El pastor y su familia debieran ser ejemplo de armonía. Si el pastor pelea mucho con su esposa y la maltrata (hay muchos casos de estos), no deberían estar al frente de la orientación familiar. “Un ciego no puede guiar a otro ciego”. Por lo tanto existe una gran responsabilidad en los que nos dedicamos a la atención u orientación de familias, seamos pastores, laicos, psicólogos etc. El consejero, el orientador, el guía debe ser ejemplo. Tú no puedes guiar con propiedad o procurar curar cuando tú eres el enfermo y quien necesita ayuda.

En el nivel de tratamiento el agente de la pastoral debería realizar las siguientes actividades:

* En primer lugar cuando una mujer es maltratada por su pareja, el agente de la pastoral debe entender que el maltrato no es el mismo en todas las situaciones y no tiene las mismas causas, por lo tanto la primer cosa que se debe procurar realizar en un caso de violencia contra la mujer, es determinar que tipo de violencia es: psicológica, física o ambas. En segundo lugar tratar de determinar las posibles causas. Para que el agente de la pastoral realice esta función con propiedad debe entrenarse en psicología pastoral sino el abordaje puede ser bien intencionado pero defectuoso.

* En segundo lugar el agente de la pastoral, debería reunirse con la pareja en algunas oportunidades de manera individual y en otras de manera conjunta, no olvidemos que un principio en los problemas de pareja es que ambos tienen su dosis de implicación, aunque en diferentes grados.

* Si el agente de la pastoral domina la técnica, podría realizar dinámicas de grupo con parejas en donde las mujeres tengan el común denominador de padecer de violencia domestica. En estas sesiones grupales las parejas se ayudan entre si para superar los problemas ya que sirven de apoyo a las demás.

* En el tratamiento ya sea en las dinámicas grupales o en las sesiones particulares, el agente de la pastoral debe hacer uso de la oración ya que por medio de esta entramos en comunión con el poder divino y Dios resuelve muchas situaciones en donde el hombre no puede.

B. Principios sobre la prevención

Los principios que regirán nuestro abordaje sobre la prevención contra la violencia domestica sobre la mujer son los siguientes:

1. Modificar los patrones culturales que actualmente rigen las relaciones de poder entre hombres y mujeres dentro del ambiente familiar.
Este aspecto corresponde al nivel de prevención. Es importante atacar el problema desde su raíz, buscando entender y corregir en el ámbito de las relaciones intrafamiliares especialmente en las relaciones de pareja, el impacto negativo que tienen el abuso de poder de genero cuya transmisión social se hace de manera generacional. En esto el agente de la pastoral debe realizar una labor de concientizacion a corto, mediano y largo plazo en el sector masculino y femenino que conforman su feligresía en el sentido de que se entienda que el hombre no puede ejercer un dominio abusivo de la mujer solamente escudándose en su género. También se debe explicar lógica y convincentemente que el poder dictatorial del hombre sobre la mujer con sus consecuencias de violencia domestica, no es de Dios, sino que es producto de una cultura violenta, machista y patriarcal, que ha transmitido el dominio del hombre de generación en generación. No debemos olvidar que Dios es Amor y que este don se manifiesta por medio del deseo de hacerle el bien al prójimo de manera desinteresada simplemente por el gozo que produce hacer el bien. Como dijo Jesús, “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35, RVA, 1960). Es importante que el agente de la pastoral explique a la luz bíblica la importancia del respeto entre hombre y mujer cuyas relaciones deben ser regidas por el principio del amor. Por otro lado el agente de la pastoral debe ser capaz y si no lo es debe buscar la manera de explicar a las familias que conforman su feligresía, los resultados negativos y muchas veces traumáticos que resulta para la mujer y para los hijos cuando en el seno del hogar predominan relaciones basadas en el poder abusivo de un genero sobre otro en este caso del hombre sobre la mujer. El agente de la pastoral debe saber explicar con un lenguaje apropiado a los orientados el impacto negativo en el área psicológica que tiene la violencia ya sea esta física o verbal. Debe explicar que estas consecuencias impactan el subconsciente y el inconsciente de la victima directa (mujer) y de las victimas indirectas (hijos), provocando esto en muchos casos, descontrol nervioso, ansiedades, baja auto estima etc, consecuencias todas estas que afectan el desarrollo adecuado de la persona y por otro lado impiden la armonía del hogar. En muchas situaciones el agente de la pastoral sino está debidamente preparado deberá buscar ayuda en profesionales de la conducta con principios cristianos para ayudar a sus ovejas a que tomen conciencia de lo negativo para la vida interior de las mujeres cuando son victimas de maltratos por parte del hombre.

2. Promover nuevas formas de convivencia en la familia, pareja y comunidad.

En este punto, el agente de la pastoral, tiene gran margen de orientar con efectividad ya que el cristianismo provee por doctrina una nueva manera de vivir, una nueva manera de funcionar, y esto no solamente se logra por seguir los consejos bíblicos sino también por saber que la palabra de Dios se hace una realidad en nuestras vidas siempre y cuando por fe, permitimos que el Espíritu Santo nos impacte y nos ayude desde adentro, desde el inconsciente mismo a que se realice un cambio en nuestras vidas. Con esto queremos decir que el agente de la pastoral cuando aconseje debe combinar, el conocimiento humano con el poder divino. Entre las estrategias que el agente de la pastoral puede aconsejar para que la pareja solidifique su vida juntos en un ambiente de armonía están:

a) Que la pareja participe en actividades conjuntas en la iglesia.
b) Que la pareja pueda asistir a retiros de parejas donde puedan fomentar y fortalecer los lazos de unión conyugal.
c) Estimular una buena comunicación entre los cónyuges, de tal manera que puedan anticipar cualquier desavenencia y solucionarla antes que cause estragos conductuales, en este punto el agente de la pastoral debe hacerles entender que en una buena comunicación no solamente es importante hablar, sino también, saber escuchar.
d) Es importante que el agente de la pastoral, mantenga con la pareja que tiene el problema de violencia domestica, conversaciones tendientes a establecer las causas particulares de la misma y establecer un diagnostico adecuado para implementar la correcta estrategia, para que el hombre y la mujer establezcan una relación diferente en donde la violencia tienda a reducirse y por ultimo a desaparecer; para esto el agente de la pastoral, debe auxiliarse de Dios en primer lugar y de todos los conocimientos que tenga de psicología pastoral. Si el agente de la pastoral no tiene los conocimientos suficientes para hacerle frente a la situación problemática que esta enfrentando, debe entonces auxiliarse de alguien mas preparado y en esto no debe haber temor porque sería una conducta ética y profesional. Sería incorrecto que un agente de la pastoral (psicólogo, pastor, sacerdote o laico) trate situaciones para los cuales no esté preparado, podría entonces causar daño en lugar del bien deseado.

3. Promover mecanismos de resolución pacifica de conflictos en la familia, pareja y comunidad.

En toda familia existen conflictos aun antes de que vengan los hijos y es normal que toda pareja enfrente situaciones problemáticas y esto es debido precisamente a que las personas que se casan o que se comprometen a vivir juntos, tienen historias diferentes, ya que fueron concebidos y criados por familias diferentes y cada familia representa una subcultura, por lo tanto este elemento de diferencia en el contexto social de la crianza agregado a la diferencia genética, nos lleva a decir que existen diferencias en las persona (hombre y mujer) que deciden vivir en estatus de pareja. Realmente es obvio el asunto de las diferencias. Toda pareja lucha por adaptarse a la vida en común, pero en la adaptación aparecen las diferencias que acarrean una variedad de conflictos en diferentes niveles. Por lo tanto no podemos evitar que surjan conflictos mas si entendemos que como pecadores tenemos defectos de origen. Lo importante en las situaciones conflictivas es la manera en que se busca resolverlas. El problema es cuando el método para resolver la diferencia es violento ya que esto como hemos expresado anteriormente causa daños que muchas veces alcanzan la categoría de traumáticos. Por lo tanto es crucial que el agente de la pastoral enseñe a las parejas a que resuelvan los conflictos en un contexto de paz y de mutuo respeto. Aquí podemos recomendar algunas estrategias:

a) En primer lugar no pretendan resolver los problemas cuando estén enojados ya que esto solamente empeoraría la situación. Si esta muy enojado, salga a respirar aire fresco, respire profundo, haga algún deporte, ore al señor, cántele, en otras palabras trate de que le baje el enojo y cuando este calmado, podríamos decir que entonces estaría listo para discutir la situación conflictiva. Como expresa el experto en administración de recursos humanos, Rubén Reynaga: “Siempre que pueda, dése cuando menos una hora para enfriarse antes de responder a una provocación y si es algo muy serio, tómese una noche completa” (Ideas diarias de administración enviadas por E-mail).

b) Practique la buena comunicación y aprenda a escuchar.

Es importante enseñar a las parejas que sufren de violencia domestica a que aprendan y practique un nuevo estilo de comunicación. Es una tendencia a hablar más de lo que se escucha y estamos hablando de aprender a escuchar y no solamente de guardar silencio. Hay personas que no hablan, pero no ponen atención al otro y esto es importante, que pongamos atención en el mensaje que el otro nos quiere comunicar de tal manera que tratemos de entenderlo y esto implica un cambio de la actitud en la comunicación, una actitud diferente, una actitud comunicativa que pretende enviar y recibir mensajes que puedan ser analizador por los participantes en una relación de respeto que permita solucionar los conflictos de una manera humana, civilizada. Si logramos avanzar en este punto definitivamente estamos caminando en la senda de una mejor relación de pareja donde la violencia verbal o física empezaría a reducirse.
c) Evite los prejuicios.

Es importante que el agente de la pastoral eduque a las parejas tanto a los que tienen problemas como a los que no, que cuando se intenten resolver conflicto hay que evitar ir prejuiciado ya que el prejuicio es un fuerte impedimento para la buena comunicación. Hay que ir con mente abierta y formarse un juicio después de la comunicación. Por supuesto que una de las cosas que ayudan a esto es el ambiente de amor que se debe establecer previo a la resolución de conflictos. Si antes de la sesión para solventar nuestras diferencias procuramos de manera individual y conjunta la ayuda del señor por medio de la oración, por medio del estudio de la Biblia, de textos adecuados a la situación, esto hará una diferencia significativa en nuestras relaciones. No olvidemos que el amor es fruto del Espíritu y un Don de Dios que tiene el efecto casi mágico de hacer que nosotros miremos las situaciones de una manera diferente y sino converse con los enamorados. Soy un convencido que Dios es amor y que sin Dios en nuestra vida, difícilmente podemos resolver los problemas por más esfuerzo humano inteligente que se invierta. Por eso es que hay muchos profesionales de la conducta que por mas empeño que pongan en sus orientaciones y terapias son pocos los logros que se obtienen. Realmente Dios hace la diferencia en la aplicación de toda ciencia.

C. Principio para la atención

Los principios orientadores de las acciones de atención integral a las mujeres victimas de violencia domestica deberán ser los siguientes:

1. Proteger la integridad física y psicológica de la persona victima.
En este punto hay mucho que decir, pero no es necesario ya que nadie va a discutir en estos tiempos de abundantes derechos humanos, que toda acción que ponga en peligro a la persona ya sea en el área física o psicológica es reprobable. Si los que no son cristianos se preocupan por los derechos humanos, más nosotros que somos cristianos ya que nuestra religión se sustenta en el amor, máxima enseñanza teórica y practica de Jesucristo.

2. Reconstruir los recursos de apoyos psíquicos y materiales que ha perdido la persona victima.
Esta es una parte importante y que tiene que ver más con el nivel de tratamiento que con el nivel de prevención. Cuando una mujer que es el caso que nos atañe ha sido objeto de violencia física o psicológica, es indudable que ha sufrido de daños en cualquiera de las dos áreas mencionadas. Es deber del agente de la pastoral ayudarle a sanar sus heridas en especial las psicológicas que esta íntimamente relacionada con la espiritual. Una mujer traumada tiene problemas para desarrollar satisfactoriamente su relación con Dios. Es importante que en colaboración conjunta el agente de la pastoral con la ayuda de Dios se ayude a la mujer traumatizada a salir adelante en su vida psicológica o mental y de esta manera su vivencia en las experiencias de la iglesia será más satisfactoria, madura y equilibrada. Si el agente de la pastoral es un pastor, sacerdote o laico que no esta suficientemente preparado para adentrarse en la dinámica interna de la persona afectada entonces es prudente que dicho agente de la pastoral busque la ayuda de un profesional de la conducta y si es posible de un profesional de la conducta que comparta su fe, para evitar distorsiones en la persona afectada.

3. Garantizar el derecho de las personas victimas al acceso a la justicia.
La iglesia y el agente de la pastoral deben orientar a las familias y en este caso a las mujeres victimas de violencia por parte de su pareja que ellas tienen derecho a buscar justicia para sus vidas. Por supuesto que el consejo de Dios es que los miembros de la iglesia busquen resolver sus problemas en el marco de la Iglesia y con el consejo y ayuda de los lideres y otros miembros con experiencia, en este punto el agente de la pastoral debe tomar una posición de liderazgo para procurar la justicia para la mujer afectada y en esto se debe armonizar la orientación y ayuda psicológica espiritual por medio de los hermanos que deben servir de apoyo con el propósito de resolver el problema en beneficio de la pareja y no solamente a favor de uno de ellos. Pero si el caso es grave y la iglesia comandada por el agente de la pastoral no pueden resolver la situación y hay peligro para la vida de la mujer entonces considero que el sentido común y la prudencia nos indican que debemos combinar nuestro esfuerzo con el que nos puedan proporcionar las autoridades civiles correspondientes.

4. Utilizar un enfoque sistémico y multisectorial para la atención de los factores de riesgo que provocan la violencia contra la mujer.
Este punto es una continuación del anterior. Es importante señalar, que si las causas de la violencia son múltiples, la prevención y el tratamiento serán múltiples. No solamente los psicólogos tienen que aportar para atacar la violencia contra la mujer, sino también otros sectores y profesionales, tales como sectores políticos, religiosos, y civiles así como sociólogos, pastores, abogados etc. La colaboración de todos estos sectores y profesionales sería lo ideal para reducir la violencia domestica. Pero este es un ideal y muchas veces son a muy pocos a los que les toca luchar contra este terrible flagelo de la violencia domestica en sus diferentes manifestaciones. Pero la falta de voluntad para combatir la violencia domestica y en nuestro caso la violencia contra la mujer no debe impedirnos a los que estamos comprometidos con principios cristianos el de poner nuestros máximos esfuerzos y conocimientos teóricos y concretos para plantear soluciones reales y llevarlas a cabo para poder tener un mundo mejor, más justo, más protegido para el sector femenino, un sector altamente marginado y maltratado a través de la historia de la humanidad.
D. Principios acerca de la sanción
Los principios aplicables a la sanción de la persona ofensora estarán orientados a:

1. Aplicar la sanción a la persona ofensora como protección ulterior a la persona victima.

En el contexto cristiano es importante el perdón, como elemento para reconciliar, restablecer y curar las relaciones rotas o resquebrajadas. Pero el perdón no excluye la sanción como justa consecuencia para la persona ofensora. Realmente la sanción es más pensando en la ofendida que en el ofensor y también sirve como prevención de conductas violentas; explicando este punto, lo que queremos decir es que el propósito de la sanción es para que en lo posible la persona ofensora no repita la conducta violenta y esto por supuesto es protección para la victima y también la sanción ejecutada sirve de ejemplo para que otros eviten seguir el ejemplo de los que han cometido violencia contra la mujer.

2. Promover la reflexión sobre el concepto de la violencia en el proceso de rehabilitación de la persona ofensora.

La rehabilitación de la conducta violenta no solamente es evitarla por miedo a la sanción ya que esto sería un propósito muy superficial; el propósito verdadero es procurar en el proceso que las personas involucradas puedan introyectar de manera intelectiva, afectiva y volutiva el daño terrible de las conductas violentas en las relaciones de pareja. El agente de la pastoral debe aprovechar el liderazgo que tiene en las iglesias en las cuales les toda desempeñarse para promover sesiones de reflexión sobre las conductas violentas que muchas mujeres de su congregación padecen y que por diversos motivos guardan silencio. La reflexión debe manejarse tanto en el nivel de prevención como en el nivel de tratamiento y tanto en el nivel de sesiones públicas (prevención) como en el nivel de sesiones particulares (tratamiento). Si el agente de la pastoral no esta preparado para inducir adecuadas reflexiones sobre el tema de la violencia domestica entonces debería buscar ayuda de alguien de su congregación que domine el tema. El agente de la pastoral en especial cuando son pastores o sacerdotes deben dejar de lado el falso orgullo o la equivocada autosuficiencia que les hace creer falsamente que por ser siervos del señor dominan todos los temas y están capacitados para resolver todos los problemas de su feligresía. No, Dios repartió diversos dones por lo tanto hay que aprovechar el de aquellos que los han logrado desarrollar adecuadamente.

3. Reconocer la acción y las consecuencias del delito.

Un punto importantísimo en el problema de la violencia contra la mujer es que el ofensor reconozca su falta y que él tiene un problema de personalidad que debe ser corregido y que para esto necesita ayuda tanto la de Dios como la de sus hermanos en la fe ya que Dios utiliza a estos para llevar alivio a la humanidad. Si el violento, no reconoce que lo es, entonces resultará más difícil resolver el problema. Los hermanos sirven de apoyo para la reconciliación, en este aspecto el agente de la pastoral debe orientar a la feligresía para que se conviertan en un ambiente de amor y comprensión porque lo contrario podría empeorar la situación. En estos casos el énfasis no debe caer sobre la condenación de la situación sino sobre la reconciliación. El proceso de concientizacion debe ser monitoreado por el agente de la pastoral siempre y cuando tenga la capacidad sino al igual que en el punto anterior, lo éticamente aconsejable es que solicite ayuda.

4. Disminuir la impunidad de la violencia contra la mujer.

La iglesia cristiana tiene suficiente orientación bíblica en el sentido de que en la medida de lo posible los problemas de la comunidad cristiana deben resolverse dentro de la misma comunidad sin involucrar a las autoridades civiles; esto no quiere decir que la iglesia permita o sea cómplice de la impunidad de la violencia contra la mujer. Siempre que se den maltratos contra la mujer el agente de la pastoral debe estar listo para resolverlos de la mejor posible. Esto nos lleva a decir que el agente de la pastoral (pastor, sacerdote, laico, psicólogo) debe ser una persona debidamente preparada y en continua preparación. Muchos de los problemas de las comunidades cristianas es que los que las dirigen no tienen la preparación suficiente y apelan demasiado al manejo de la emoción (sugestión) para resolver conflictos que el consejo de Dios sumado al aporte científico indican que deben ser manejados de una manera diferente. Hay algunos que con diferentes ritos religiosos quieren sacar el demonio de la violencia de algún hombre que padece de la misma y soluciones como estas solo dejan confusión y repitencia de la conducta (violencia) que queremos evitar, reducir o eliminar. La iglesia no debe ser alcahueta con la violencia contra la mujer, por el contrario, debe convertirse en un lugar donde el feligrés se sienta protegido ya que en dicho lugar se facilita la comunión con Dios y por otro lado se esta rodeado de hermanos que deben promover un ambiente de amor, misericordia y paz. La Señora Elena G. De White, gran educadora y profeta de Dios nos dice en su libro El Hogar Cristiano, “Administrad las reglas del hogar con sabiduría y amor, no con vara de hierro”, es decir que el amor produce resultados positivos y es el principio que debe sustentar todas las relaciones familiares. El amor tiene gran poder, un poder no entendido a totalidad por el hombre y no estudiado profundamente por la ciencia, pero lo cierto es que el amor cambia al hombre y al ambiente totalmente y vemos las cosas de una mejor manera: la comida la sentimos mas sabrosa, la mujer la miramos mas bonita, apreciamos mejor a nuestros jefes y sobre todas las cosas el amor reduce la maldad en nuestras vidas. Ya que Dios es Amor y cuando Dios esta en nuestra vida la maldad empieza a desaparecer en otras palabra la maldad tiene que ver con la ausencia de Dios. Entre mas tengamos a Dios en nuestras vidas menos maldad tendremos; esto funciona como la oscuridad que realmente podemos definirla como la ausencia de Luz. Los agentes del amor tienen un poder maravilloso, porque es un poder de origen divino. La respuesta suave que "aparta el enojo," el amor que "es sufrido y benigno," el amor que "cubre una multitud de pecados;" si aprendiéramos esta lección y la pusiéramos en practica, nuestras vidas serían dotadas de gran poder y sería transformada y la tierra llegaría a ser a la misma semejanza y el goce anticipado del cielo (White, El Hogar cristiano).

Desde un punto de vista mundano, el dinero es poder; pero desde el punto de vista cristiano, el amor es poder. Este principio entraña fuerza intelectual y espiritual. El amor puro tiene una eficacia especial para hacer el bien, y no puede hacer otra cosa que el bien. Evita la discordia y la desgracia y produce la felicidad más verdadera. Con frecuencia las riquezas ejercen influencia para corromper y destruir; la fuerza es poderosa para hacer daño; pero la verdad y la bondad son propiedades del amor puro (White, Testimonies for the church, tomo 4, Pág. 138).


Realmente el amor es algo maravilloso y poderoso, pero solamente podemos vivirlo adecuadamente siempre y cuando tengamos a Cristo en nuestro corazón, ya que Cristo es la única fuente de dicho sentimiento. “El amor es un precioso don que recibimos de Jesús. El afecto puro y santo no es un sentimiento, sino un principio. Los que son movidos por el amor verdadero no carecen de juicio ni son ciegos” (White, El Ministerio de Curación, págs. 276,277).

CONCLUSIONES:

1. La violencia intrafamiliar es muy dañina para la salud de la familia y en especial para la relación de pareja ya que estropea la confianza, provoca inseguridad, traumas etc. Muchas mujeres maltratadas han tenido que someterse a tratamiento psicológicos largos, para recuperarse emocionalmente después de haber sufrido de maltrato por parte de su pareja.

2. De todos los tipos de violencia intrafamiliar, el que se da contra la mujer es el más frecuente y por lo tanto el que ha causado más estragos, esto debido a que históricamente por diversos factores incluyendo los de tipo religioso al hombre se le ha puesto en un lugar más alto que el de la mujer, de donde el hombre se ha aprovechado para maltratar a su pareja y esto consentido por una sociedad de tipo machista. Esta situación en el último siglo ha seguido una curva de descenso precisamente debido la lucha heroica de las mujeres para reducir su situación desventajosa frente al sexo masculino.

3. La violencia es heredada socialmente, familiarmente y es pasada de generación a generación por precepto y por ejemplo. Esto es una característica de sociedades machistas, es parte de lo que los psicólogos llaman, aprendizaje social. Esto es lo que hay que combatir por medio de la educación informal (en la familia, la iglesia etc) y por medio de la educación formal: en escuelas, colegios y universidades.

4. hay que procurar fomentar el desarrollo armonioso de las facultades mentales y morales de las personas que integran la comunidad cristiana, si esto se logra a buen nivel pues, en esta misma medida disminuirán los conflictos personales y familiares incluyendo por supuesto el de la violencia contra la mujer. En ese desarrollo armonioso y balanceado debemos incluir el desarrollo de una relación madura con nuestro Dios, esto esta haciendo alusión a nuestro desarrollo espiritual. Si el espíritu de Dios no mora en nuestro corazón, entonces nuestro desarrollo personal, sería un mero esfuerzo humanista y esto no da resultado en la resolución de conflictos, ya que el pecado (origen de todos los males) se encuentra en nosotros y este no puede ser combatido solamente con armas humanas se necesita para esto la orientación y la ayuda divina.

5. En el contexto de pareja, la búsqueda de la armonía debe realizarse de manera compartida, es decir la armonía no implica la tiranía de uno sobre el otro sino la aceptación conjunta de las estrategias, las maneras y la ideología que debe sustentar el manejo del hogar. Debe haber acuerdos y se debe estar preparado para negociar, para soportar, para sacrificarse en ciertas situaciones en las cuales no se puede satisfacer el gusto de los dos. Pero todo esto es más fácil cuando la pareja esta influenciada por el Espíritu de Dios y en sus vidas reina el verdadero amor el cual es un regalo del cielo y no producto del esfuerzo humano. Si en la iglesia existen parejas que tienen problema con esto es deber del agente de la pastoral el poder ayudarles a manejar adecuadamente las situaciones. Cuando la pareja no logra manejar de manera correcta las negociaciones familiares es cuando aparece la violencia domestica ya sea del tipo psicológico o físico y por supuesto espiritual y me refiero a la violencia espiritual o religiosa, cuando se usa los asuntos de la religión para chantajear o manipular la mente del otro causando temor, confusión y hasta llegando a anular o limitar el libre albedrío de la pareja, lo cual, sería un daño tremendo a la creación del señor. Es importante que se entienda el concepto de dependencia mutua ya que esto, es uno de los elementos que establece la base de una buena relación de pareja: “Todos nosotros estamos entretejidos en la gran tela de la humanidad, y todo cuanto hagamos para beneficiar y ayudar a nuestros semejantes nos beneficiará también a nosotros mismos. La ley de la dependencia mutua afecta e incluye a todas las clases sociales”.¬ (White, PP 575 ,1890). El agente de la pastoral debe proveer a su iglesia conocimiento sobre la importancia de la vida dependiente dentro del matrimonio, dependiente el uno del otro como una sola carne para hacerle frente a las diferentes situaciones de la vida; esto es importante en un mundo contemporáneo donde el individualismo ha hecho estragos en las parejas ya que viven juntos pero no revueltos y de esta manera los lazos de compromiso y respeto no logran consolidarse debidamente por lo tanto, es mas fácil que aparezcan los conflictos ya que el individualismo es un concepto que se nutre del egoísmo por lo tanto los miembros de la pareja que se enmarcan dentro de este concepto, lucha cada quien por su propio bienestar y no por el bienestar de la pareja o por el bienestar del otro. No olvidemos que el amor cristiano implica entrega a favor del otro y como dijo Jesucristo: “Más bienaventurado es dar que recibir” (RVR, 1960).
6. Concluimos, de manera enfática, de acuerdo a todo lo anterior y contestando la pregunta que nos estimuló esta investigación, que es necesario e imprescindible que los gobiernos civiles y eclesiásticos inviertan todos los recursos posibles en todas las áreas necesarias, para evitar la violencia intrafamiliar o para reducirla lo más que se pueda. Un ataque a la familia, es un ataque a la salud integral del ser humano.


Recomendaciones para el agente de la pastoral:

Tratar con las mente humanas es una de las obras mas complejas y delicadas, por eso en esta sección nos atreveremos a dar algunos consejos para el buen desempeño del agente de la pastoral.

1. Debe tener la vocación, es decir todo agente de la pastoral debe sentir gusto por el trato con las personas y el deseo genuino de ayudarles, solamente con esta actitud podrá hacerle frente y dedicar el tiempo necesario a los problemas de sus feligreses.

2. Debe procurar conocer las leyes que rigen la mente y el cuerpo. Deberían estudiar con toda dedicación la influencia de la mente en el cuerpo y la del cuerpo en la mente y las leyes que lo rigen. Este conocimiento enriquecerá su capacidad de realizar buenos diagnósticos y pronósticos. Además lo capacitaría para saber hasta donde él puede llegar en el proceso de prevención y tratamiento de los diferentes problemas.

3. Debe adiestrar y disciplinar su mente, esto puede lograrse, mediante el estudio, la observación y la reflexión. Una mente desarrollada y con temor a Dios es mas fácil que lo encuentre. El desarrollo de la mente no debe hacerse con orgullo y ostentación sino con humildad, oración y dedicación. El agente de la pastoral es un maestro ya que tiene que enseñar a la feligresía a adquirir nuevas formas de entender y enfrentar la vida por lo tanto todo maestro debe crecer día a día en su disciplina y adiestramiento mental si quiere que su función sea efectiva.

La utilidad del maestro no depende tanto de su caudal de conocimientos como del nivel que se propone alcanzar. El verdadero maestro no se contenta con pensamientos indefinidos, una mente indolente o una memoria inactiva. Trata constantemente de progresar más y aplicar mejores métodos. Su vida es de continuo desarrollo. En la obra de semejante maestro hay una frescura y un poder vivificante que despierta e inspira a los alumnos. (White, Ed 278 1903).

4. Es necesario que el agente de la pastoral procure entender la mente, cuando trate con personas en conflicto. Los análisis superficiales pueden causar mucho daño en el tratamiento de las personas. Por eso es importante que el agente de la pastoral, estudie y se entrene lo mejor posible porque cuando trate de resolver conflictos debe saber que estos tienen su raíz y su campo de juego en el área mental. Se necesita mucha sabiduría, conocimiento y sentido común para tratar los conflictos causados por la mente. No debe haber ningún tipo de excusa que pueda ser expuesta por un agente de la pastoral para justificar su falta de dedicación en la búsqueda de una mejor preparación para tratar con el ser humano. Es un deber ético el hecho de prepararse lo mejor posible para ayudar al prójimo. Si uno no se prepara, entonces estaríamos hablando de negligencia y esto es una característica dañina para todo agente de la pastoral y para las personas que orienta o trata. Jesús nuestro maestro y máximo ejemplo, se preparó para tratar con la humanidad y si él lo hizo, por qué no hemos de hacerlo nosotros sus discípulos. La Biblia dice: “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52, RVA, 1960).
La preparación por parte de los profesionales de la conducta (el agente de la pastoral debería serlo) es un deber ético es decir tiene una relación directa con el bien y la negligencia, en este asunto, con el mal.
5. Utilicemos nuestra inteligencia emocional en asuntos que contribuyan al fortalecimiento de los vínculos afectivos. El sabio Salomón nos indica: “La cordura del hombre detiene su furor, su honra es pasar por alto la ofensa” (Proverbios 19:11, RVA, 1960). Esto implica la adquisición de sentido común, es decir, el tacto de un individuo equilibrado que sabe cuál sería la mejor forma de enfrentar la situación según las circunstancias. En un articulo escrito por la Señora Nancy Van Pelt, en la revista SIEMA, año 2003/No. 25, explica ella que los sociólogos han logrado identificar cinco estilos básicos que la pareja utiliza para resolver los enfrentamientos:

a) Competitivo: aquí el propósito del cónyuge, es ganar sin tomar en cuenta el costo, considera cada uno de los conflictos como una guerra donde es prioritario obtener la victoria. Comentario: este estilo es de tipo autoritario e individualista y es el estilo que más se acomoda para que aparezca la violencia domestica en nuestro caso la violencia contra la mujer.

b) Evasivo: en este estilo el cónyuge prefiere retirarse sin enfrentar el conflicto, su lema es: “no quiero hablar de eso”. Comentario: este estilo descuida la solución del conflicto, es un estilo negligente que provoca que el problema crezca en silencio y cada que aparece la tensión, esta es mayor y la posibilidad de resolverla es más difícil.

c) Transigente: este es un estilo de mucha diplomacia y su lema es: “lo haré así porque es lo que tu quieres”. Comentario: este estilo solamente pretende solventar lo inmediato pero evita profundizar en el tema para buscar soluciones profundas o de raíz, por lo tanto los reinciden. Sin embargo es de hacer notar que a nivel relacional la diplomacia es muy efectiva, por lo menos durante cierto tiempo. En otras palabras la diplomacia bien utilizada y sin abusar de ella nos puede ser útil, por lo menos nos permite ganar tiempo para buscar un mejor momento o una solución a los conflictos de pareja y al aparecimiento de posibles conductas violentas.

d) Colaborador: es un estilo de mucha creatividad en la negociación, su objetivo no es ganar sino la mutua satisfacción. Comentario, este un estilo que apunta a una relación de mayor madurez en la pareja, en donde lo prioritario es la armonía y el equilibrio en la relación.

e) Pacificador: es un estilo que procura la paz de la familia, por lo tanto la buena armonía esta por encima de todo, prefiere descuidar la satisfacción de sus propias necesidades en procura de las de su pareja. Es un estilo que requiere mucha entrega en pro del otro. Comentario: este estilo hace que la madurez en la relación de pareja alcance su nivel óptimo. Este tipo de solucionar los problemas se acomoda al concepto de amor cristiano en donde el sacrificio es parte integrante y en donde es mejor servir que ser servido.

Aunque cada pareja establece marcadamente en muchas situaciones algunos de los estilos anteriormente mencionados según la cultura en la cual se han criado, una recomendación de los expertos, es que lo ideal sería para evitar y resolver los conflictos una combinación de estilos según las circunstancias. Para llevar a cabo la adecuada combinación y saber cuándo aplicarla es necesario el sentido común y la sabiduría la cual no solo proviene del conocimiento y experiencia humana sino básicamente del conocimiento y experiencia con lo divino. Dios hace del necio un sabio y este es un mensaje recurrente en el libro de los Proverbios escritos por el Sabio Salomón por medio de inspiración divina. El agente de la pastoral debe saber esto y aplicar también el sentido común a la hora de orientar entendiendo que no se debe partir de la manera en que yo he tenido éxito en mi relación de pareja sino, la manera en que tendrá éxito la relación de la pareja que estoy orientando y en esto es que el agente de la pastoral necesita conocimiento de las ciencias de la conducta humana, sentido común y sabiduría de Dios. Los tres elementos antes mencionados son importantes para el éxito de todo profesional pero de manera especial para el agente de la pastoral.

Para terminar esta monografía expondremos un caso de violencia contra la mujer que nos toco orientar y tratar.

Ilustración:
Identificación: Varón, edad, 24 años. /Mujer, edad, 18 años.

El Problema: El maltrata a su esposa, de manera psicológica y de manera física.
Descripción de la situación: Desde el principio del matrimonio tuvieron problemas, pero ella los mantuvo en secreto.
Un vecino, en varias ocasiones, escuchó los gritos y el llanto de ella e hizo comentarios pero aun así ella no admitía nada.
La primera vez que ella contó algo, se lo contó a su hermana mayor y fue a principios de diciembre de 1,995.
El le pegaba en partes del cuerpo que no estuvieran a la vista de los demás. Después de golpearla, la encerraba con doble llave y se iba un rato de la casa, dejándola sola, llorosa y sin poder salir de la casa.

Ella le contaba a su hermana mayor, que muchas veces, la tomó por el cuello y la levantó en vilo, para irla a tirar a la cama y seguirla golpeando.
Siempre que le pegaba, se disculpaba, se arrodillaba frente a ella y lloraba diciendo que no sabía por qué lo había hecho y que nunca más lo iba a volver a hacer.

Finalmente, el primero de enero de 1,996, él le pegó dejándole un chicote en la frente, entonces, ella en cuanto pudo se lo contó a sus padres.
Después de dicho incidente, ellos se fueron a vivir a Guanaja (una isla), lejos de la familia de la esposa, de la cual habían vivido cerca y en ese lugar alejado, él continuo golpeándola y también maltrataba a su hijo de aproximadamente un año de edad, le daba coscorrones (golpes en la cabeza), le pegaba por cualquier cosa. Una vez, enojado, le metió el tenedor con comida a la boca de un solo golpe, haciéndolo sangrar. Para entonces era evidente el maltrato ante los amigos y conocidos. Ya no se molestaba en disimularlo y acusaba a la esposa de infidelidad, para excusar su maltrato.

Finalmente, corriendo el mes de mayo, ella se fue de Guanaja (la isla), porque ya no soportaba el maltrato. Cuando regresó a la casa de sus padres, llevaba moretes en las piernas, porque él le había pegado con una faja, porque ella quería usar bikini y él estaba en total desacuerdo.
La madre le tomó fotos, pero ella (la esposa), no quiso acusarlo ni demandarlo ante las autoridades correspondientes.

Se separaron, él estaba en la Isla y ella en tierra firme. Ella tenía al niño, pero se lo prestaba y él se lo regresaba; por un tiempo la separación calmó las aguas y todo estaba normal. Pero en 1,998, ella le prestó el niño y él no se lo quiso regresar. Se escondía de ella con el niño.

Dejó el trabajo para andarse escondiendo por todo el país. La esposa entonces, lo acusó de secuestro y de maltrato hacia ella y hacia el niño. El juez le dio a ella la custodia temporal y con la policía rescataron al niño. El divorcio no ha sido firmado todavía. Aquí en este momento es que podría decir empecé un abordaje pastoral de la situación, con el propósito no de la reconciliación, porque parece que en ese aspecto ya no hay retroceso, sino mas bien para ayudar a la joven esposa a curar sus heridas con secuelas traumáticas debido al extenso e intenso maltrato psicológico y físico que sufrió por parte de su perturbado esposo.

Lo que averiguamos:

En la investigación clínica que realizamos, logramos averiguar, que el esposo era hijo de una familia, que sufría de violencia domestica, es decir el padre (Machista consumado), pastor protestante, realmente un hombre de Dios, maltrataba a su esposa. Tuve la oportunidad de conocerle a él y a su esposa; este hombre es muy consagrado, un estudioso (erudito) de la Biblia, con un doctorado en Teología y la esposa con estudios de postgrado en educación, pero a pesar de todo este academicismo y practica religiosa, habían formado un matrimonio sádico-masoquista, en donde el pastor aplicaba el sadismo y la esposa lo complementaba con una resignación masoquista. En estos términos este matrimonio funcionaba de manera equilibrada, pero enfermiza es decir conductualmente equilibrado pero emocionalmente enfermo ya que los esposos manejaban mucha ansiedad y ella especialmente mucho temor y miedo ya que había sido maltratada durante años y esto le había producido inseguridad y el concepto anormal de que los golpes forman parte del matrimonio y seguramente para mantener la imagen de su esposo, nunca había puesto en entre dicho la conducta de él y como dije anteriormente ella también padecía de masoquismo. Menciono este antecedente solo para ilustrar de manera practica, que lo planteado anteriormente en esta monografía en relación de que el maltrato domestico se transmite intergeneracionalmente por aprendizaje social es verídico. Esta familia cristiana, sin proponérselo, convirtieron a su hijo en un potencial y ahora probado maltratador domestico. Lo lleva en su inconsciente y necesitará un adecuado tratamiento, sino quiere seguir rompiendo huesos de mujeres y exponiéndose a demandas judiciales.
Por lo que a mi concierne seguiré exponiendo el abordaje pastoral que realicé con la esposa para ayudarla a superar la situación y alcanzar paz en su alma y esperanza en un mundo mejor.

En mis primeras sesiones de un total de 20, pude darme cuenta que la violencia domestica o maltrato que había recibido por parte de su esposo, le habían producido problemas en su personalidad, entre los que podemos mencionar como los más sobresalientes los siguientes:
Depresión, falta de fe e inseguridad. Como la inseguridad suele estar en la base de la mayoría de los problemas similares a este, me decidí, por tratar de que esta joven esposa superara sus sentimientos de inseguridad que se habían acrecentado o más bien consolidado debido al maltrato del cual había sido victima.

Por los resultados finales me dio gran satisfacción el manejo de este caso, pues pude presenciar como a medida transcurrían las sesiones, la señora iba adquiriendo mayor seguridad en si misma y mayor alegría por la vida.
El primer paso que seguí, fue dejarla que hablara y que expresara todos sus temores y dudas en entera libertad, situación esta que ella no tenía ya que aparte de su hermana, ella, no tenía la confianza con sus padres ya que ellos por ser una familia con estructura machista tampoco habían propiciado la buena y saludable comunicación con sus hijos. Es más, en varias ocasiones en el pasado, su padre, cuando ella empezaba a contarle de los problemas de violencia que sufría con su esposo, él se ponía del lado del marido de su hija, insinuándole a esta que ella era la culpable de la situación. Por eso esta joven esposa no recurría a sus padres con toda la confianza ya que se sentía incomprendida, esto agravó su inseguridad personal. La oportunidad que se le dio de discutir libremente los sentimientos, sin ser criticada o juzgada, fue un elemento clave en el proceso terapéutico.

A medida ella se sentía con mayor confianza para hablar y discutir sus sentimiento, nos íbamos adentrando más y más en la problemática de violencia que había padecido y de una manera sutil se le fue llevando también a un recorrido por su vida pasada, su relación con los padres, con los hermanos etc. Procuraba evaluar de lo que me contaba, todo aquello que me parecía relevante, de lo cual tomaba detallada nota, para analizarlo posteriormente en mi oficina y poder de esa manera tomar las mejores decisiones a la luz de un buen tratamiento pastoral. En las discusiones que tuvimos de las diferentes situaciones que había vivido, ella logro entender que ella no era la culpable de la manera de ser de sus padres, sino más bien producto de esa manera de ser. Entendió al mismo tiempo que los padres actuaban de esa manera no por mala voluntad o falta de cariño, sino, por que era su idiosincrasia, lo cual era producto de la cultura en la cual se habían criado. La comprensión de esta situación y el hecho de conversar sobre ello, la aliviaba y la potencializaba para llevar a cabo una mejor relación con sus padres.

Entendió también que la ruptura matrimonial no tenía que ver con que si era una mala mujer como en algunas situaciones se lo había insinuado su padre sino más bien con una mala escogencia de un individuo perturbado que definitivamente no estaba preparado para el matrimonio. Esta comprensión que fue la que abarcó el 70% de las sesiones, produjo buenos frutos ya que ella había quedado alérgica a los hombres y al amor, entendió pues, que tenía derecho a ser feliz, y que no siempre los matrimonios son eternos aunque idealmente ese es el propósito cristiano y que en algunas situaciones la separación es lo mejor que le pueda ocurrir a una pareja. Al analizar y discutir estos temas, ella mostraba mayor alegría por la vida y mayor disposición para seguir luchando no solo por ella, sino también, por su hijo. En todo el proceso utilizamos la palabra de Dios (La Biblia) como auxiliar fundamental en la orientación y la oración para buscar la ayuda de Dios, pidiéndole que le diera fe a una mujer que había perdido confianza en el ser humano y en el ser divino. Realmente el análisis de algunos textos bíblicos como el Salmo 23 y Romanos 8: 38 y 39, le inyectaron nuevos bríos emocionales, que me hicieron sentir como agente de la pastoral muy pero muy satisfecho, ya que entendí que aplicando conocimientos humanos se puede ayudar al prójimo, pero que si se hace en un marco cristiano el beneficio es mayor y mas duradero, porque realmente la vida en Cristo produce Seguridad.

Esta joven esposa había perdido la confianza que antes tenía en Dios, ya que lo consideraba como algo irreal, “porque si fuera real me decía, me hubiera ayudado en mi problema”. Quiero hacer notar que para revivir el deseo de creer de alguien que esta desilusionado con la religión y con su Dios, no basta con decirle que lea la Biblia o que ore, esto es importante, pero si se queda solamente a este nivel, los beneficios van a ser muy limitados. Es importante señalar, que para que de resultado la inyección espiritual, es indispensable que el agente de la pastoral confíe plenamente en la Biblia y en Dios ya que esto impactará positivamente en el orientado, porque la orientación es más efectiva cuando el cliente puede observar reflejado el consejo en la manera de ser del orientador. Debemos también reconocer que es posible que antes que la persona lastimada esté lista para renovar su fe, es necesario que el agente de la pastoral considere algunos sentimientos, actitudes y prejuicios, que impiden al aconsejado confiar plenamente en el Señor Jesús. El penetrar el inconsciente del individuo que es donde se encuentra la dinámica psicológica que origina la mayoría de los problemas, es necesario dejarla expresar libremente los sentimientos, esto nosotros lo hicimos y la guiamos hacia los puntos o áreas que nosotros necesitábamos que se discutieran, porque las considerábamos necesarias para ir elaborando nuestro diagnostico de la situación.

Este proceso de desahogo para ella y análisis y orientación para nosotros, fue siempre intercalado con frases de animo, con análisis de la situación, para que ella comprendiera que no era la mala de la película, con análisis de textos bíblicos claves para que fuera creciendo en fe y confianza en la Biblia y en Dios, uno de los textos que nos ayudo fuertemente en esto fue el de Mateo 11:28-30.

Durante el proceso consideramos y discutimos con nuestra orientada su modo de encarar la vida, y que los sentimientos raros y malsanos producto de su conflicto de violencia doméstica, le estaban impidiendo, el confiar en el Dios en el cual antes creía. Esto a ella la hizo reflexionar mucho, esto lo combinábamos con oraciones alusivas al tema tratado, todo el propósito era desarrollar su confianza en si misma en segundo lugar y en Dios en primer lugar. Un texto bíblico que nos ayudo en esto fue el de 2 de Corintios 1:4. El interés que puse en la orientación, produjo en ella (indudablemente con la ayuda del Espíritu Santo) un rayo de esperanza, que a medida se iban dando las sesiones iba creciendo adecuadamente y la pesona se iba sintiendo mejor. Los pasajes bíblicos como los anteriores fueron discutidos amplia y profundamente, de manera sencilla y nuestra cliente, comprendió que no hay que culpar a Dios por las penalidades humanas, sino que Dios siempre está dispuesto a ayudarnos a resolver nuestros problemas los cuales, son normales en un mundo de pecado. Ella comprendió que Dios, como soberano tiene derecho a ayudarnos y este entendimiento le ayudo a adquirir paz y seguridad personal, sustentado y aumentando este sentimiento por la confianza en Dios que empezó a desarrollar. Al aumentar la confianza en Dios y entender y sentir que la vida no se había terminado con la ruptura matrimonial y que sus padres la querían a pesar de su manera de ser, empezaron también a disminuir sus reacciones depresivas. En las sesiones se encararon con la joven esposa de manera amplia las diferentes situaciones vinculadas a su problema de maltrato domestico, se consideraron aspectos psicológicos, sociales, médicos y espirituales. Al hacer este análisis descubrimos dinámicas internas dentro de nuestra cliente que ayudaron a mitigar la situación así como otras que dificultaban el proceso de sanación. Es necesario hacer notar que esas fuerzas interiores, la mayoría estaba en el plano inconsciente, por lo tanto con nuestro conocimiento de la psicología profunda logramos ir realizando un diagnostico que nos permitió manejar el proceso terapéutico de tal manera que la pacientes a medida entendía los factores que le impedían tener paz, y vivir libre con sus sentimientos, se iba sintiendo mas relajada, pero relajada de verdad, no solamente por fuera y esto era posible porque se estaba produciendo un cambio desde adentro. Poco a poco esta señora se vio liberada de los malos sentimientos que la encadenaban y empezó a estar mas capacitada para confiar y entregarse plenamente a Dios, el cual según el evangelio de San Juan 3:16 nos dice lo siguiente: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (La Biblia, RV, 1960).

Otro aspecto que queremos hacer notar es que nuestra estrategia terapéutica, estaba diseñada para mostrarle a la cliente mucho amor y comprensión, evitando comportarnos como juez censurador, ya que ella padecía de reacciones depresivas, y sabemos por experiencia y lectura de la Biblia y otros libros, que el amor hace milagros en las personas depresivas y digo milagros porque muchas veces no sabemos realmente la forma en que el amor cura las heridas internas y modifica la dinámica del inconsciente es decir vemos los resultados positivos pero no los podemos explicar. Las personas que sufren de depresión, realmente no necesitan de críticas o censuras, sino que lo que fundamentalmente necesitan es de aceptación y comprensión y esto se lo proporcionamos adecuadamente a nuestra cliente. Quiero decir que esto produjo los efectos deseados. Por supuesto como mencionamos anteriormente todo el proceso fue matizado con aspectos religiosos: oración, análisis de textos bíblicos, menciono esto porque no podría dimensionar realmente la ayuda que Dios nos proporciono en las diferentes sesiones por medio del Espíritu Santo. Pero creo que nuestro conocimiento de la psicología y otras ciencias relacionadas, aplicadas en este proceso de orientación y curación se vieron en cuanto a efectividad totalmente mejorados porque Dios nos acompañó. Quiero comentar que he conocido casos tratados por colegas psicólogos, de gran experiencia, pero que no creen en Dios, y que a pesar de sus grandes esfuerzos y habilidades científicas es poco el beneficio llevado a las personas tratadas, por eso es que creo que Dios hace la diferencia.

Otro aspecto importante, es que notamos que nuestra cliente, tenía sentimientos de culpa, pero sentimientos de culpa en una situación donde ella era la victima es contradictorio. Pero descubrimos que esos sentimientos de culpa que la agobiaban eran irreales y que tenían su base en el inconsciente formado por su familia machista en donde la mujer es la culpable de todos los problemas que ocurren en su relación con el sexo opuesto. Al entender ella que no tenía sentido sentir culpa en esta situación, ella empezó a liberarse y a sentirse mejor. Por supuesto también entendió que para nuestros pecados reales podemos también recurrir a Dios el cual nos perdonará incondicionalmente y nos dará su paz; la historia del adulterio de David nos ayudó tremendamente en esto. Por lo tanto ella entendió, que en este vida para todo hay solución aun para la muerte y este razonamiento se fue introyectando en su psique de tal manera que paulatinamente ya dejo de ser un entendimiento para convertirse en una vivencia. Lo anterior nos enseña, que no vasta con leer la Biblia o leer versículos apropiados, sino que hay que analizarlos, repetir las sesiones de análisis de conceptos, para que de esta manera y con la ayuda del Espíritu Santo pueda impactar adecuadamente la estructura psíquica de los orientados.


Datos finales del caso:


• Después del tratamiento pudimos evaluar, que la señora, adquirió mayor confianza en si misma, disminuyeron las reacciones depresivas y su relación con Dios mejoro ostensiblemente.

• Por otro lado hemos podido darle un seguimiento al caso y nos hemos dado cuenta que sus relaciones con sus padres han mejorado notablemente en un ambiente de mayor confianza y seguridad.

• También pudimos constatar que la desconfianza enfermiza hacia el sexo opuesto posterior al maltrato domestico, prácticamente ha desaparecido y ha empezado a salir con un caballero con el propósito de rehacer su vida; a estas alturas el proceso de Divorcio ya finalizó.

Conclusiones del caso:


1. En primer lugar este caso nos ilustra el hecho de que la conducta violenta es aprendida y pasada de generación en generación.

2. Concluimos también que el conocimiento científico de la conducta es importante para el diagnostico, pronostico y tratamiento del problema.

3. Que la orientación y terapia de los diferentes problemas psicológicos del ser humano es más efectiva si se hace en el contexto de los principios cristianos establecidos en la Biblia.

4. Que le cambio del ser humano se debe más a la intervención divina que a la intervención humana.

5. No toda relación resquebrajada puede reconciliarse, en ciertas ocasiones la separación es la mejor opción o es inevitable.

6. Que la formula mas efectiva para ayudar a la humanidad es combinando el poder divino por medio del esfuerzo humano.


Recomendaciones del caso:

1. Es importante hacer una buena labor de prevención para evitar el surgimiento o aumento de los problemas. Como dice el dicho popular, “Es mejor prevenir que lamentar.

2. No debemos bajo ninguna circunstancia o excusa permitir o alcahuetear, la violencia domestica en este caso la violencia contra la mujer.

3. Cuando se den casos de maltrato a la mujer hay que procurarle la mejor ayuda posible, con los mejores recursos y si no los tenemos en nuestra comunidad cristiana entonces hay que buscarla en otros lados.

4. Es importante que los agentes de la pastoral de nuestra comunidad cristiana, se preparen lo mejor que puedan en el conocimiento científico de la conducta humana, esto es una responsabilidad ética para todos los que nos dedicamos al cuidado, ayuda y protección del pueblo de Dios. Entre más preparados estemos, mejor será la ayuda que podemos dar. Cristiano implica calidad, por lo tanto, la calidad se logra no solo con oración, sino que también es necesario el esfuerzo y la dedicación.

5. Recomendaríamos también no escatimar esfuerzos como iglesia en la protección de la familia, porque esta es la célula de la sociedad y en donde se forman las bases de la personalidad que posteriormente son la guía de la conducta individual.

6. Recomendamos también que se den más investigaciones científicas dentro del ámbito eclesiástico de donde podamos obtener ideas para diseñar estrategias adecuadas que nos lleven a evitar o reducir la violencia contra la mujer y otros problemas familiares, que tanta consecuencia dañina acarrean para nuestras comunidades cristianas.


Reflexiones Finales:

• MALTRATO FAMILIAR (Conyugal)

Uno de los factores lamentables que conducen a la desintegración familiar es el maltrato físico o verbal del cónyuge hacia su pareja. El que maltrata a su cónyuge se maltrata a sí mismo (Efesios 5:28,29). Si vamos a seguir a Cristo, es imprescindible que dejemos de maltratarnos y que nos amemos más bien, tal y como Él nos amó a nosotros. Él se dejó maltratar para que dejáramos de maltratarnos unos a otros, y entregó su vida para que entregáramos la nuestra, hasta la muerte, por amor (1 Juan 4:7-11).

Es sumamente importante que la familia que padece de tal abuso busque ayuda antes de que suceda una desgracia, incluso la desintegración del hogar. Tanto las personas maltratadas como los agresores sufren a raíz de la violencia perpetrada, y por lo tanto necesitan buscar ayuda como familia. Sin embargo, cuando el agresor no está dispuesto a buscar la ayuda que necesita, el cónyuge y los hijos deben alejarse de él para estar libres del peligro. Es, desde luego, mucho más factible recibir la ayuda apropiada si uno vive en un lugar que tiene recursos dedicados a prestarla. Sin embargo, toda persona que no tenga a su alcance conseguir ayuda profesional, puede acudir a una iglesia en busca de ayuda. Dios está en todo lugar; si clamamos a Él, podemos tener la seguridad de que Él vendrá en nuestro auxilio de alguna forma u otra (Salmo 46:1). El Juez de toda la tierra nunca es partidario de la injusticia, tal como el abuso o maltrato de cualquier ser humano creado a su imagen y semejanza (Génesis 1:26,27; 9:6; 18:25; 2 Crónicas 19:7). Por esta razón es importante que los agentes de la pastoral, que tienen por deber moral el ayudar al necesitado, adquiera todos los conocimientos necesarios que les permitan hacer una buena labor de prevención y de tratamiento si es requerido, para todos aquellos que acudan a él, en busca de ayuda.

¿Cómo fortalecer los vínculos familiares y mantenerlos SÓLIDOS?.
El primer vínculo familiar que debemos fortalecer es horizontal: el del matrimonio. De él depende toda la familia. Debemos, pues, acercarnos a nuestro cónyuge, manifestándole amor y comprensión. El esposo debe amar, cuidar y respetar a su esposa, y la esposa debe aceptar al esposo como cabeza del hogar (Efesios 5:33; Colosenses 3:18-19). La armonía conyugal es algo que obtenemos con esfuerzo. Viene cuando determinamos hacer a un lado el egoísmo y decidimos proponernos con la ayuda de Dios de convivir armónicamente buscando siempre el bienestar del otro.

El segundo vínculo que hay que fortalecer es vertical: el de los hijos. Tenemos que aprender a mostrarles amor y a imponerles disciplina de una manera equilibrada. Nuestros hijos necesitan saber que no los amamos por lo que hacen sino porque son nuestros hijos. Y necesitan aprender que hay que respetar ciertas leyes, y que mamá y papá tienen la responsabilidad de imponer la disciplina, por amor y con amor, cuando lo consideran necesario. Para educar a los hijos y demostrar que los amamos debemos prepararnos como padres para realizar una buena labor. Padre no es el que engendra, este es el reproductor. Padre es el que conscientemente, adopta en el estatus de hijo a otra persona para criarla adecuadamente y para lograr esto, si somos éticos, debemos buscar el conocimiento necesario para cumplir como se debe nuestra función de padre.

El tercer y último vínculo que nos urge fortalecer por ser el más importante es vertical al igual que el segundo. Se trata del vínculo espiritual, el que establece que en nuestro hogar Dios ocupa el primer lugar. Si fortalecemos este vínculo, nos ayuda a mantener fuertes los otros dos. En cambio, si lo descuidamos, corremos el riesgo de que se debiliten. De este vínculo depende el éxito de cualquier otro que establezcamos, ya que Dios nos da el milagro de tener en nuestro interior el Amor, concepto que se usa para indicar las buenas tendencias hacia el prójimo. Las tendencias son de origen inconsciente y el único que puede cambiarlas con éxito es Dios por medio de la obra maravillosa del Espíritu Santo. Por lo tanto si Dios nos cambia la tendencia esto hará que nuestro esfuerzo para tratar con respeto y benevolencia a los demás, rinda buenos frutos.






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